Las experiencias que Ale ha vivido le permiten dar una mayor perspectiva a los procesos en los que se ha involucrado, sin embargo, me recalcó que él era un niño. Previamente a la realización de esta crónica me había comentado que quería centrarse en cómo afecta los intereses y el crecimiento, las nuevas experiencias, el territorio y los contextos educativos, formales e informales. Cuando le pregunté al respecto, me comentó que los procesos de formación son muy importantes y que una vez le tocó dirigir una asamblea teniendo apenas quince años, lo cual era asumir un rol que desempeñaban personas más grandes, con más experiencia, entonces la crítica a la sociedad adultocentrista que no se preocupa de los procesos formativos de niñas y niños y su discurso de ser el más pequeño cobró sentido para mí, ya que le tocó formar a otras personas estando él en su propio proceso de formación. Ale me dice que todas las personas somos comunicadoras y formadoras a la vez, y que es importante tener conciencia de la responsabilidad que eso conlleva, ya que marcas los procesos de aprendizaje y puedes arruinarle la vida a alguien si se realiza sin el debido acompañamiento.
Durante su infancia fue estigmatizado por venir de una familia de izquierda, siendo “el comunista del curso” o “el niño de izquierda” y gracias a su padre aprendió a defender sus posturas políticas. Su primera experiencia de participación política fue el paro de profesores del 2015, en el que participó con apenas 11 años acompañando a su madre a marchar a las caravanas, lo que constituyó la toma de conciencia de la inestabilidad económica que producían en la familia este tipo de situaciones. De adolescente, su aprendizaje se basa en el ensayo y el error, los cuales se configuran como puntos de inflexión en su vida, momentos de los cuales se desprenden importantes lecciones y reflexiones en torno a su propio activismo, por ejemplo, tomar decisiones que sean compartidas con otras personas, relevando la colectividad. Al mismo tiempo, otros procesos de aprendizaje se vinculan con mantenerse al margen, conocer sus propias limitaciones y aprovechar la instancia para aprender de otras personas más capacitadas o con mayor experiencia sobre lo que sea que se discuta, así como también el dejar hacer, particularmente con relación a su hermano menor, no obligarlo a introducirse en la política, sino que dejar que los procesos personales decanten y apoyarlo en la medida que demuestren interés en ella.
Las principales esferas de participación fueron el liceo, como parte del centro de estudiantes que se prolongó más tiempo del estipulado y que en el contexto de movilización de profesores a nivel nacional, el cambio en la reglamentación de la institución y posteriormente el Estallido social, significó mucho trabajo y dedicación, pero que fueron significativos para las y los estudiantes que recuerdan en particular una manifestación que llamaron Ruido de lápices. En el contexto de la emergencia sanitaria por el COVID-19, su participación se volcó en ayuda a las personas más afectadas económicamente por la pandemia, movilizando recursos como una forma de reaccionar ante la pasividad del gobierno en uno de los momentos más críticos de la crisis social, política y económica que atravesaba el país. Posteriormente, en el contexto de las elecciones por el apruebo, las municipales, las constituyentes y las presidenciales, Ale se abocó a un activismo político y territorial donde desarrolló habilidades blandas y comunicacionales persuadiendo a la gente para participar del proceso eleccionario, y también vinculado a la defensa de un lof junto con otras agrupaciones políticas de la zona. Al ingresar a la universidad, Ale decide participar en la política universitaria y continúa trabajando en espacios de voluntariado trabajando en proyectos de escuelas populares para niñas y niños en situación de vulnerabilidad. Desde este horizonte, perfila su trabajo como un activismo desde las comunicaciones, con el objetivo de que los medios de comunicación y las comunicaciones en sí estén al servicio de la democracia y del pueblo. Además, durante todo este tiempo, Ale ha conformado y participado de la célula de la Jota en su comuna, la cual ve como una organización social más en horizontalidad con otras organizaciones. Actualmente también participa en la célula en la universidad donde se encuentra estudiando.